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domingo, 16 de marzo de 2014

Jean Fouquet y las columnas salomónicas de ¿Bernini?

Ahora que está en el Museo del Prado una de las tablas del Díptico de Melún, maravillosa obra de Jean Fouquet viene a mi memoria un pequeño trabajo que hice para la asignatura de Manierismo en Europa. Jean Fouquet realizó un formidable libro de horas para Etienne de Chevalier y en él representó en varias ocasiones el templo de Jerusalén, llamado también el de Salomón.

Se trata de una representación de Herodes, el Grande, en la toma de Jerusalén en donde se aprecian las columnas, que se han dado en llamar "salomónicas" por ello  mismo.





















En la lámina de la derecha vemos las mismas columnas en la entrada de Pompeyo a Jerusalén  y nuestra sorpresa es mayúscula cuando las volvemos a contemplar en las bodas de La Virgen María y San José.
El libro está realizado entre 1452 y 1460. De sobra es conocido el viaje que realiza a Italia entre 1443 y 1447. Allí contactó con los grandes autores del renacimiento y entre sus destinos se encontraba Florencia, pero también Roma. 


En primer lugar creo que a nadie se le escapa que las columnas salomónicas que aparecen en el templo tienen un gran parecido con las que realizó Bernini para San Pedro del Vaticano, que estaría siendo el Nuevo Templo de Jerusalén. Pero el encargode esta obra fue de 1624 con lo que difícilmente pudo haber sido esta la fuente de Jean Fouquet.




Los antecedentes directos de estas columnas pueden ser las que se encuentran en el propio Vaticano y que realizara Rafael para los tapices llamados sixtinos en 1514 -1515, sobre todo en el de La curación del tullido en donde se aprecia estas columnas. Las realizaron los talleres de Pieter Van Halst en Bruselas. Y fue codificado con el nombre del sexto orden por Vignola.

Hay otras parecidas del taller de Rafael que realizara Julio Romano y Francesco Penni en la Sala de Costantino La donación de Roma. Pero son posteriores a estas.





















Paolo Ucello las utiliza cuando representa el templo de Salomón en la catedral de Prato en La presentación en el templo pero la diferencia es que son columnas torsas sin más y desde luego se parecen más las de Rafael a las de Fouquet.




La aparición de las columnas salomónicas en obras de los más grandes artistas para representar el templo de Salomón se hace usual como lo demuestra la tabla para tapices de Rubens titulada
El triunfo de la Iglesia. La iglesia es el nuevo templo de Salomón como ya he dicho anteriormente y en esta tabla se aprecia cómo a cada lado hay dos columnas muy parecidas a las de Bernini y, por lo tanto a las de Rafael.










Por otro lado la colocación de los caballos recuerda aquellos de Paolo Ucello en las distintas versiones de La batalla de San Romano y también la colocación de los personajes que están luchando. Es de 1456.






Lo más parecido a la figura de Herodes es el personaje central de otra versión de la Batalla, la del contraataque de Micheletto da Cottignola.







El rey sobre su caballo  recuerda el monumento a Trivulcio que hizo Leonardo 1508-10. O al condotiero Colleoni o al Monumento Funerario de Nicoló da Tolentino de Andrea del Castagno, en donde se ve que el caballo levanta una de las patas y tiene que ver con la estatuaria ecuestre romana.Pero como este es coetáneo de la obra de Fouquet debemos otra vez considerar que el modelo es Ucello. El monumento funerariode Giovanni Acuto, es decir, John Hawkwood, es de 1436.













Hay en esta época un gusto por representar caballos en distintas posiciones y en actitudes, que deriva de un estudio sistemático de la naturaleza y eso no sólo se aprecia en el renacimiento italiano sino en los flamencos. Memling Crucifixión. Pero como es de fines del XV la influencia se hace al contrario, es decir, los italianos y los que han viajado allí han traído el gusto por las actitudes cambiantes de los caballos.

En su relación con Fray Angelico, ya que estuvo en Florencia y contactó con él,  pudo tener conocimiento de las figuras en primer término de la Coronación de la Virgen o la de Lorenzo Mónaco en la Adoración de los Magos, 1421.






 








La figura arrodillada tiene la toga de tipo clásico que es característica del renacimiento italiano.
El uso de los dorados lo alejan de la modernidad del renacimiento y lo acercan al goticismo que hay en Francia o al que permanece en algunas obras de Angélico o en los flamencos.

Hay un parecido interesante entre la obra de Fouquet y la de Angélico en La matanza de san Cosme y san Damián. 1438-40 Tabla que está en el Museo del Louvre. Este mismo tema ya lo había tratado en la predella del retablo de Annalena de 1438-40.






El empaque de las figuras desnudas recuerdan las italianas de Masaccio en la capilla Brancacci, 1424-5, porque no encuentro figuras desnudas de este tipo en Flandes.

Además la colocación de edificios para ayudar a enmarcar la escena es típica también de Italia y se puede ver en Masaccio pero también en Fray Angelico. Aunque tengan relación con el paisaje que tiene alrededor. Os pongo el Bautismo de los Neófitos que es un caso muy claro de este tipo de desnudos.

La fuente recuerda la de Jan Van Eyck en el Políptico del Cordero Místico con el sentido ascensional que parece haber aunque se trata de una tabla en donde se intenta captar la profundidad. 

Sin embargo se me hace muy difícil enlazar la obra del francés con la flamenca porque una vez que volvió de Italia, se dedicó a su oficio en la ciudad de Tours y no volvió a salir. 

Lo que se solía hacer es un viaje de estudios a Italia, que, en esas fechas estaba adelantada en el desarrollo de las artes y de las ciencias, de hecho la obra de Fouquet se suele estudiar en el Gótico y la de los autores con los que la relacionamos son renacentistas. 

Con todo ello quiero dejar claro que Fouquet en su viaje se trae ideas de los grandes autores del renacimiento que luego adapta  a sus obras aunque el gusto gótico seguramente fuera impuesto por los comitentes, que no habían viajado. Que las columnas salomónicas de Bernini, que siempre se dice que las inventa él ya estaban más que inventadas aunque él las esculpe para el baldaquino de San Pedro del Vaticano con la misma fuente que Fouquet. Y que un autor no deja de ser magnífico aunque se haya inspirado en otras obras anteriores porque lo importante es que se hace una "recreación". Como ya he dicho anteriormente...Nada sale de la nada.




Dedicado a los incondicionales que van a los museos conmigo, en especial a los de 4º ESO.





1 comentario:

  1. Si tienen algo de interés o sensibilidad, o una mezcla de ambos, no es de extrañar que se hagan "incondicionales" de quien les ayuda que vean cuando miran.

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