Entrada destacada

La poesía romántica. 2.0

domingo, 7 de febrero de 2016

Habrá perdón para los corruptos?????

Leo el periódico una vez más y vuelvo a encontrarme con una foto reveladora.  Está tomada en mayo de 2015 pero parece un cuadro de Leonardo da Vinci. 
La mujer de la foto está vista desde un punto de vista ligeramente bajo, lo que permite que parezca engrandecida. Pero como el segundo plano ocupa más de la mitad de la fotografía, hay que tenerlo en cuenta.
Se trata de un cuadro en el que está pintada la Inmaculada Concepción a la manera que el ilustre suegro de Velázquez habría querido. Como tengo una entrada en este blog en el que hablo del Hortus conclusus de la Virgen María y hablo sobre este concepto, no voy a alargarme mucho. Fíjense bien.



la Inmaculada Concepción es un concepto  que los españoles y la monarquía, sobre todo borbónica se han empeñado en defender. Sostienen que la Virgen María no tiene pecado original porque sus padres no cometieron el acto sexual para engendrarla, sino que se engendró por un abrazo bajo una puerta dorada. Así es el ser más puro que se pueda imaginar. 

Pacheco en su libro decía que se debía representar siguiendo lo que aparecía en el Apocalipsis de San Juan (vestida de sol, con la corona de estrellas y sobre la luna...) En los laterales aparecen los símbolos de lo que se recita en la letanía del Rosario. se pueden apreciar la torre de David o torre de marfil, rosa mística y la fuente de sabiduría.


Fue usual en la época representar a la Virgen así, como lo demuestran las dos imágenes anteriores. La de la izquierda es de Zurbarán y la de la derecha es de Pacheco. Si nos fijamos bien, debajo del caballero están la Torre del oro y La Giralda, que sitúan esa escena que está ocurriendo en la ciudad de Sevilla.
En la imagen de la exalcaldesa de Valencia en el mismo lugar aparece el escudo de la Comunidad Valenciana. Todo un prodigio de foto con mucha semántica porque la pobre Comunidad está en los medios constantemente no por ser pura sino corrupta por gente como la que aparece fotografiada. Vayamos a ella. Así, con el dedo en alto que parecía decir que es la número uno, nos recuerda otros cuadros de personajes enigmáticos como los que pintaba Leonardo da Vinci. Los muchos estudiosos que la han comentado han decidido que el dedo señalando el cielo indica la salvación por medio del bautismo, del que san Juan Bautista sería el símbolo.



La sonrisa de este san Juan del Louvre, que ha causado igualmente admiración, dista mucho del gesto de la mujer de la foto, que parece ligeramente preocupada. El personaje de Leonardo no era digno de abrochar las sandalias de Jesús al que bautiza para salvarlo como a toda la humanidad, y ese puede ser el gesto de amor al hombre. Esperamos que por una vez, si ella está manchada del pecado que asola nuestra política del servicio a los ciudadanos, no haya quién la perdone por mucha Virgen María sin pecado que tenga en su cabecera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario