Leo hoy en el periódico un artículo de Elvira Lindo titulado "Barbarie". Voy a poner el enlace para que lo podáis leer.
http://elpais.com/elpais/2013/04/02/opinion/1364919639_126123.html
No me queda muy claro si uno de los edificios de los que habla es la antigua sede del Banco Central, es decir, el del antiguo bando del Río de la Plata, realizado por Antonio Palacios. Y me muero de pena. Ya enfermé hace algunos años cuando hice este trabajo que voy a publicar en red ahora. Estoy en contra, porque me lo enseñó mi profesor Delfín Rodríguez de que se trate al edificio como una carcasa. Tiene vida propia y hay que verlo también en su interior. Rodearlo, pero entrar; tocar y oler (todos los edificios huelen).
Si los derriban por dentro es una especie de violación y me duele mucho.
Si es el Banco del Río de la Plata, lo conozco bien. Ya lo desvirtuaron un poquito cuando quitaron su cúpula. Lo han utilizado para películas por su maravillosa caja fuerte (Tom Cruise entraba en él); su interior dorado recuerda los mejores momentos de la arquitectura de los bancos cuando se les consideraba templos del dinero; sus ascensores me llevan a las películas en blanco y negro de Sombrero de Copa o La fiera de mi niña.
Hay cosas que no se pueden hacer porque no son patrimonio de los gobiernos que se van turnando, son herencia del pueblo y del país y los gobernantes deben protegerlos para que lo puedan disfrutar las generaciones venideras. Yo he llevado a mi hijo para que lo vea y sienta lo que fue un edificio lleno de vida, aunque ahora está en formol. Pero lo prefiero así a su desaparición, porque sería una desaparición si lo convirtiesen en hotel rompiendo sus entrañas.
Mi trabajo, mediocre o malo, quizá salvable, era un homenaje a Antonio Palacios y a los hombres que, como mi padre, lo pudieron vivir. Que alguien diga a los gerentes de todo tipo que están ahí para hacer las cosas bien. por favor.
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