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lunes, 26 de marzo de 2018

El maravilloso país de Alicia: análisis de los cuentos de C. Dogson (L. Carroll)

Llevaba un tiempo pensando sobre la idea de hacer un monográfico sobre Alicia en el País de las maravillas. La razón principal es la importancia de la obra en la literatura posterior y el controvertido autor. Ahí va la primera entrega de estas dos que estoy haciendo. Esta entrará en la tercera evaluación. La entrada va dedicada a M. Luengo, que puede ser la que me animó a hacerla. Gracias por todo.

2 comentarios:

  1. Carroll fue uno de los pioneros de la fotografía de aficionado en Gran Bretaña y el fotógrafo de niños más notable del siglo XIX. Fotografió a numerosos personajes de la sociedad victoriana con los que también tuvo amistad.
    Retrocedemos por un momento a la noche del 16 de junio de 1816 en la que cinco jóvenes estuvieron confinados en Villa Diodati, en Ginebra, debido al mal tiempo de esa primavera anómala y donde se crearon dos de los mitos más poderosos de nuestra época: la criatura hecha por el doctor Frankenstein, por una jovencísima Mary Shelly de tan sólo 18 años, y el vampiro, por John Willian Polidori, médico personal de Byron. Pues bien, la hermana menor de Polidori, Frances Mary Lavinia, se casó con un exiliado italiano llamado Gabriele Rossetti, y sería la madre de los fundadores de la hermandad de pintura prerrafaelita: Dante Gabriele Rossetti, Christina Rossetti y Willian Michael. Éste último reivindicó la memoria de su tío Polidori, quien se suicidó joven, pues sabemos que su obra "El Vampiro" se atribuyó en un principio y de forma errónea a Byron. Hay una fotografía en blanco y negro de la segunda mitad del XIX que recoge a los miembros de esta familia reunidos en un patio inglés y el fotógrafo que nos dejó este cuadro del linaje de Polidori fue Lewis Carroll. Se dice que Carroll se inspiró para el personaje del lirón del capítulo "Una merienda de locos", de "Alicia en el país de las maravillas", en un wómbat australiano que Dante Gabriel tenía como mascota.
    Es bonita la influencia que comenta Marian del cuadro de Millais de su hija pequeña en la ilustración de Tenniel de Alicia en el compartimento del tren y cómo la retoma en la actualidad el ilustrador madrileño Fernando Vicente quien a su vez, si nos fijamos, hace un homenaje a otro pintor más antiguo. A través de las ventanas del tren vemos unas montañitas azuladas muy parecidas a las del "Jardín de las delicias" del pintor flamenco El Bosco (1450-1516). Desde luego este paisaje onírico, extraño y terrible poblado de animales fantásticos y amenazadores del tríptico entona con las aventuras de Alicia que también tienen mucho de pesadilla y donde los animales, en su mayoría parlantes, son caricaturas de la sociedad victoriana.
    Podemos ver a Carroll retratado en diversos personajes del relato: en el pájaro extinto Dodo, en el gato de Cheshire, en la misma Alicia y en el Caballero Blanco. Por cierto, el pájaro dodo sobrevive en el escudo de la República de Mauricio, isla de la que fue originario. El Caballero blanco, con su melancólica estampa, que algunos críticos identifican con Don Quijote, salvará a Alicia del ataque del Caballero Rojo y la escoltará hasta la casilla donde ella será coronada Reina. De todos los personajes que encuentra Alicia sólo el Caballero Blanco le ofrece su ayuda y afecto. Es el único que le habla con respeto y cortesía.
    Muchas de las imágenes del relato de Alicia me parecen portentosas: desde luego su descenso por la madriguera del conejo con el que comienza su viaje de iniciación, su no poder parar de llorar y como consecuencia tener que nadar en su propio charco o mar de lágrimas...Una escena que me encandila en el capítulo "Agua y lana" es donde Alicia va en una barca y, olvidándose de todo, hunde sus bracitos arremangados en el río para recoger los deliciosos juncos olorosos, ella con las mejillas encendidas y rozando con las puntas de sus cabellos la superficie del agua. Me parece digno de ser pintado y de no ser olvidado; recordemos que el nombre Alicia viene del griego Alétheia, "verdad", lo no oculto, ya que Leteo era uno de los ríos del Hades en la mitología clásica y beber de sus aguas provocaba el olvido.
    Gracias.

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  2. Tienes razón. Pero yo creo que aunque Dogson estuvo muy cerca de Tenniel, muchas de las cosas sorprendentes de los grabados eran idea de él. Hay importantes ilustradores en la historia de la literatura infantil o no, que enriquecen las palabras o forman una unidad indivisible. Tenniel, a quien reivindico, ha marcado la obra de Dogson de una manera indeleble. Quizá Dalí fue el único que no se dejó vencer por él.
    A mí las ilustraciones son algo que me maravillan y Tenniel uno de los grandes.

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